Cuando digo que soy coach, muchas personas me preguntan:
“¿Pero qué hacés exactamente?”, “¿Es como psicología?”, “¿Das consejos?”, “¿Me vas a decir qué hacer con mi vida?”
Y está bien. Porque el coaching, especialmente el ontológico, aún genera dudas.
La respuesta corta es: no, no te voy a decir qué hacer.
La respuesta más profunda es: voy a acompañarte a que puedas verlo vos misma/o.
El coaching ontológico es un espacio de escucha, de reflexión y de conversación. No hay recetas, ni soluciones mágicas. Hay preguntas que abren, palabras que invitan, emociones que nos guían.
Es un proceso que parte de una idea: no estás rota/o.
Solo a veces, necesitamos vernos desde otros lugares para poder avanzar.
Lo que sí vas a encontrar en un proceso de coaching conmigo:
- Un espacio seguro para poner en palabras lo que te pasa
- Una escucha amorosa y sin juicios
- Herramientas para hacerte nuevas preguntas
- Un acompañamiento respetuoso de tus tiempos y tu historia
- Momentos de claridad, incomodidad, alivio y transformación
Lo que NO vas a encontrar:
- Diagnósticos clínicos (no soy psicóloga)
- Consejos sobre cómo vivir tu vida
- Un camino lineal ni inmediato
- La idea de que “tenés que poder con todo”
Coachear no es decir.
Es estar. Es preguntar. Es sostener un rato la linterna mientras buscás tu propia salida.
Y, a veces, eso solo ya es un montón.